sábado, 19 de mayo de 2012


MIRAMAR, Florida, EE.UU.— Con una política de ahorro extremo, Spirit Airlines Inc. se ha convertido en la aerolínea más rentable de EE.UU. y, de paso, ha ayudado a reconfigurar el sector de viajes de descuento, al cobrar por toda clase de servicios, desde la impresión de las tarjetas de embarque hasta un vaso de agua.
En cinco años, Spirit pasó de estar al borde de la bancarrota a liderar las aerolíneas de bajo costo, el segmento que crece con más rapidez en la aviación comercial.
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Mientras que las aerolíneas tradicionales ofrecen un servicio completo que apunta a los viajeros de negocios (que suelen gastar más), Spirit obtiene ganancias con pasajeros que buscan llegar a su destino de la forma más barata posible. A diferencia de otras aerolíneas de bajo costo, sus tarifas reducidas incluyen básicamente un asiento, mientras que casi todo lo demás se vende a la carta.
"Si una empresa es quien le compra el pasaje, seguramente no va a volar con nosotros. No hay problema", afirmó el presidente ejecutivo de Spirit, Ben Baldanza, quien incluye entre sus funciones aspirar y sacar la basura en la sede central que tiene Spirit cerca a Miami.
Otras aerolíneas han dejado de lado los servicios extra a la hora de volar, pero Baldanza ha llevado su política de ahorro al extremo.
¿Quiere un pase de abordar? Le costará US$5. ¿Tiene sed? Una botella de agua valdrá US$3.
En 2007, Spirit fue la primera aerolínea estadounidense en décadas en cobrar por todo el equipaje registrado por un pasajero, una estrategia que luego fue copiada por la mayoría de las otras grandes aerolíneas. También fue la primera en cobrar por llevar equipaje de mano: entre US$35 y US$40 por pieza, y hace poco anunció planes de aumentar las tarifas hasta US$100 este año.
Spirit obtiene casi un tercio de sus ingresos a través de los cobros por equipaje y otros servicios, comparado con el promedio de la industria de 6%. Pero su política de ahorro tiene un precio: la aerolínea cuenta con uno de los peores índices de puntualidad de la industria, el espacio más reducido entre asientos y clientes que juran no volver a volar en la aerolínea después de un viaje.
Independientemente de las quejas, Spirit ha encontrado un mercado. Desde 2008 hasta el primer trimestre de este año, la línea aérea arrojó US$289 millones, mientras que otras aerolíneas más grandes reportaron miles de millones de dólares en pérdidas. Sólo dos aerolíneas estadounidenses obtuvieron mejores ganancias en el mismo período: Southwest con US$1.000 millones y Alaska Air Group Inc. con US$522 millones.
El año pasado, Spirit ganó 40% más por avión que cualquier otra aerolínea en EE.UU., y con US$1.630 millones, tiene casi el mismo valor de mercado que US Airways Group Inc., que cuenta con un tráfico de pasajeros nueve veces más alto.
En una nota reciente, Ray Neidl, analista de Maxim Group, escribió que Spirit "vuela por una única razón: para ganar dinero".
El modelo de costos ultra bajos —del que la aerolínea irlandesa Ryanair Ltd. fue pionera en Europa— requiere que las compañías se deshagan de todos los costos prescindibles. Significa instalar más asientos en los aviones, volar más horas por día y separar el precio de los asientos de todos los bienes y servicios relacionados. Analistas afirman que Spirit es la primera aerolínea en EE.UU. que lograr dominar este modelo.
La estrategia no es para todo el mundo. Muchas grandes aerolíneas se concentran en atraer a clientes de negocios e impulsar su participación de mercado, aunque eso signifique perder dinero en algunas rutas.
Pero el éxito de Spirit ejerce presión sobre otras aerolíneas pequeñas que compiten por los pasajeros de bajo presupuesto. Sus audaces prácticas de pedirles a los pasajeros que paguen por cada servicio adicional también podrían facilitar que el resto de la industria siga el modelo.
Delta Airlines Inc., la segunda aerolínea del mundo por tráfico, lanzó hace poco las llamadas tarifas económicas básicas para algunas rutas en las que compite con Spirit. Los asientos con este descuento no pueden escogerse, ni se puede solicitar un reembolso o cambio.
El plan de vuelo de Spirit no está exento de riesgos. La aerolínea enfrenta mayores gastos en aeropuertos y más congestión a medida que ingresa a mercados más grandes. Además, debe mantener contentos a sus trabajadores sindicalizados, que en 2010 paralizaron las operaciones de la aerolínea por cinco días.
Baldanza, de 50 años, siempre está armado de chistes y mucha risa. El ejecutivo a menudo almuerza con dos colegas con los que redacta las atrevidas promociones que manda por correo a sus clientes. La aerolínea tiene un presupuesto de publicidad de US$2,5 millones, casi 1% del de Southwest.
La empresa fue recientemente blanco de críticas por un anuncio publicitario para sus vuelos a Cartagena, Colombia, que se burlaban del escándalo de prostitución del Servicio Secreto ("Más placer por su dinero", decía).
La estrategia de Spirit nació producto de la desesperación. En 2006, a punto de quebrar, encontró en Bill Franke a un inversionista dispuesto a apostar por el segmento de vuelos ultrabaratos. Con Baldanza a la cabeza, la aerolínea sacó primero las revistas de sus aviones para reducir el peso y ahorrar en combustible. Vendieron publicidad en los compartimentos superiores, bandejas de comida y delantales de las auxiliares de vuelo. Los asientos en los aviones A320 Airbus de Sprit perdieron su mecanismo de reclinación, lo que permitió instalar 40 asientos más por nave.
En las oficinas centrales de la aerolínea no hay recepcionista y algunas bombillas dañadas no han sido reemplazadas. "Compramos lapiceros cuando nos vemos obligado a hacerlo", dice Baldanza. "Pero si alguno de nuestros empleados va a una conferencia y le dan bolígrafo y papel, definitivamente deben traerlos a la oficina".
Spirit salió a bolsa hace un año y el precio de su acción se ha casi que duplicado a alrededor de US$22. La empresa espera ampliar su capacidad en 25% este año y triplicar su flota de aviones para 2021. Y en cuanto a más ahorros, Baldanza aún ve oportunidades, como cobrar por los descansabrazos y la bandeja desplegable del asiento.

jueves, 10 de mayo de 2012

El futuro pertenece a los países flexibles


En marzo, el gobierno de Myanmar —desde hace mucho catalogado como una junta militar aislada y paranoica que dirige desde un enclave en el medio de la selva— anunció que permitiría elecciones regionales genuinas por primera vez en más de 20 años. En abril, los generales mantuvieron su palabra, la oposición ganó y los gobiernos de Occidente empezaron a relajar las sanciones.
¿Qué inspiró este drástico giro? Myanmar se está abriendo para asegurarse de tener opciones. Quiere reducir su profunda dependencia de China. Al igual que una creciente cantidad de países desarrollados y en desarrollo, reconoce la urgente necesidad de forjar amplios lazos comerciales y de seguridad.
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Hemos entrado a lo que llamo un mundo G-Cero, en el que ninguna nación por sí sola (ni siquiera Estados Unidos) o alianza de gobiernos (ciertamente no el G-7 ni el G-20) posee el poderío político y económico para imponer una agenda internacional. En este nuevo orden mundial descentralizado, el crecimiento no es suficiente. Un país debe también tener resistencia, la capacidad de recuperarse.
¿Qué países están mejor posicionados en este frente dentro del incipiente orden mundial?
Brasil, que hace poco superó a Gran Bretaña como la sexta economía mundial, tiene muchas ventajas prometedoras. Con una clase media de más de 100 millones de habitantes, posee el mayor mercado de consumo de América Latina. Su gobierno, liderado por un partido de izquierda, ha logrado un consenso nacional a favor de políticas económicas beneficiosas para el mercado y los inversionistas. Pese a que los enormes hallazgos de petróleo en 2007 los convertirán en uno de los principales exportadores energéticos, su economía está bien diversificada.
Pero existe otro factor crucial que añade resistencia a la fortaleza de Brasil: su gobierno y las empresas líderes han desarrollado fuertes lazos con múltiples socios poderosos. Durante 80 años, Brasil miró primero a EE.UU. En la última década, en cambio, sus importaciones de China se multiplicaron por 12 y sus exportaciones a ese país crecieron 18 veces. A principios de 2009, el comercio con China sobrepasó el intercambio con EE.UU., ayudando al país a capear la recesión estadounidense sin grandes problemas.
El intento de Turquía de ingresar a la Unión Europea no avanza, pero Ankara está expandiendo su influencia internacional. La membresía en la OTAN le da voz en Europa e influencia en Washington. Es un mercado emergente cada vez más importante, con un ingreso per cápita que casi duplica el de China y cuadriplica el de India. Muchos en el mundo árabe ven a Turquía como un estado musulmán dinámico y moderno. Si a esto se le suma su posición en la intersección de Europa, Asia, Medio Oriente y la ex Unión Soviética, Turquía es el mismísimo modelo de un estado "pivote" moderno.
África se ha convertido en un continente que ha sabido cultivar socios. Entre 2000 y 2010, su Producto Interno Bruto real creció 4,7% al año, y los africanos ahora gastan en promedio más en bienes y servicios que los indios. La inversión extranjera directa en África ha crecido más de cinco veces desde 2000.
Durante años, los estados africanos cortos de dinero debían recurrir casi exclusivamente al Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y a gobiernos occidentales para obtener ayuda financiera. Aceptaban la asistencia de Occidente en muchos casos con una gran renuencia, debido a que a menudo venía acompañada de exigencias de reformas democráticas y una mayor apertura a la inversión occidental. Pero en 2010 solamente, el comercio de China con África se expandió más de 43%, según datos oficiales chinos, y el país reemplazó a EE.UU. como su mayor socio comercial.
África ahora puede esperar que empresas multinacionales y estatales de países desarrollados y en desarrollo compitan por acceso a los consumidores del continente y términos de inversión favorables. No se trata de una derrota de Occidente contra China, ya que ambos continuarán beneficiándose en África. Los ganadores son todos los gobiernos africanos con capacidad de recuperación.
Asia tiene varios estados que se ajustan a este perfil. Indonesia, con la cuarta mayor población mundial, disfruta de un entorno político estable con un sólido crecimiento y una economía bien diversificada. Sus relaciones comerciales están bien equilibradas entre China, EE.UU., Japón y Singapur y, probablemente, seguirán así. Vietnam recibe la mayor parte de su ayuda de Japón, sus armas de Rusia y su maquinaria (y turistas) de China, y su principal mercado de exportación es EE.UU.
Singapur, una diminuta ciudad-estado, demuestra que el tamaño de no tiene por qué limitar sus opciones internacionales. Su PIB per cápita es uno de los más altos del mundo y el desempleo es de alrededor de 2%. Su gobierno ha trabajado para unir la cultura oriental con las prácticas empresariales occidentales, y es actualmente el cuarto centro financiero del mundo, detrás de Londres, Nueva York y Hong Kong.
No todos los países en esta categoría son mercados emergentes. Canadá sigue siendo vulnerable a una desaceleración en EE.UU., aunque no tanto como solía estarlo ni mucho menos como México. Sus exportaciones e importaciones de y a otros países han aumentado, y su economía está bien diversificada. Al igual que México, exporta grandes volúmenes de petróleo, pero también produce sustanciales cantidades de gas, maquinaria industrial, autopartes y madera a muchos mercados. Las mayores fuentes de divisas de México son las ventas de crudo, el turismo y las remesas de mexicanos que viven en el exterior. En los tres casos, una gran parte del dinero proviene de EE.UU. La suerte de su economía está estrechamente ligada a la salud de su gigantesco vecino.
En los próximos años, olvídese de grupos artificiales con mucha prensa como los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) y los Próximos Once (Next Eleven o N-11), una lista que incluye posibles potencias como Corea del Sur y Turquía, pero también potenciales barriles de pólvora como Irán, Nigeria y Pakistán.
En nuestro nuevo mundo G-Cero, sin ninguna potencia capaz de fijar la agenda, los ganadores y perdedores de la próxima generación serán determinados por las relaciones comerciales múltiples que mantengan.

lunes, 7 de mayo de 2012

Los emergentes brillan en medio de los líos de Europa y EE.UU.


"Eso es lo que sucede cuando le das a un ingeniero tiempo para soñar". El hablar rápido de Eike Batista baja el ritmo justo lo necesario para resumir la intrépida ambición de su proyecto más reciente: un megapuerto para enviar recursos naturales brasileños a China.
Un poco después, el magnate brasileño recitó en nuestra entrevista una larga lista de socios extranjeros que respaldan su visión. Un nombre me llamó la atención: Mubadala Development Co. En marzo, el fondo soberano de Abu Dhabi invirtió US$2.000 millones a cambio de una participación de alrededor de 5% en EBX Group, el holding de Batista.
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Gao Xiqing, presidente de CIC, y Eike Batista, presidente de EBX Group.
Para recapitular: un empresario brasileño construye un gigantesco puerto para satisfacer la demanda de materias primas de China y recibe apoyo financiero de un fondo soberano de Medio Oriente. ¿Notó lo que falta? Ninguna de estas transacciones involucra a un país desarrollado.
Mientras Estados Unidos y Europa afrontan sus crisis, el centro de gravedad del mundo de la inversión se desplaza lentamente hacia los mercados en desarrollo.
Los fondos soberanos, las empresas y los inversionistas de economías emergentes están esquivando los países desarrollados para volcar su dinero a los mercados en desarrollo.
De continuar esta migración de capital, las repercusiones sobre las economías avanzadas, sus mercados y, posiblemente, el papel del dólar como la divisa de reserva internacional serán profundas.
Se ha escrito mucho sobre los flujos comerciales entre países emergentes como Brasil y China. Ahora, existen señales de que los flujos de inversión siguen sus pasos. Los acuerdos entre compradores y vendedores de mercados emergentes han representado al menos 12% del volumen de fusiones y adquisiciones transfronterizas en cada uno de los últimos tres años, según Dealogic. En 2000, constituían apenas 2%.
Hace cinco años, las fusiones y adquisiciones entre los países BRIC —Brasil, Rusia, India y China— totalizaron cerca de US$600 millones. En 2011, sobrepasaron US$11.000 millones.
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No se trata sólo de fusiones y adquisiciones. Un fondo soberano ruso formó hace poco una empresa conjunta de US$2.000 millones con su par China Investment Corp. (CIC) para invertir en compañías con intereses en ambos países. Gao Xiqing, presidente de CIC, dijo en una conferencia la semana pasada que el fondo soberano chino tiene entre 15% y 20% de su capital en países emergentes, pese a que estas economías representan sólo 5% del valor de las bolsas mundiales.
Incluso los gestores de fondos de EE.UU. y Europa se sienten presionados por clientes de mercados emergentes para encontrar blancos de inversión en el mundo en desarrollo. "Más y más, les decimos a los clientes que deberían tener exposición a acciones globales, y lo que escuchamos es: '¿qué tienen para mí en América Latina o Asia emergente?', señala Jim McCaughan, presidente ejecutivo de Principal Global Investors, que tiene más de US$258.000 millones bajo gestión.
Algunas de las razones de este cambio son tácticas. Los gestores de activos de todas las nacionalidades ansían crecimiento y las aletargadas economías de EE.UU. y Europa no están exactamente dotadas de esto en la actualidad.
Pero también hay otros factores en juego, como la geopolítica. Gao fue franco: "Encontramos mucha resistencia de gobiernos occidentales... así que tenemos que diversificarnos y poner un montón de dinero en mercados emergentes".
El deseo de llenar la brecha entre los volúmenes de comercio y de inversión es otro fuerte aliciente. Kirill Dmitriev, director del Fondo Ruso de Inversión Directa, que se ha asociado con CIC, calcula que China y Rusia intercambian US$82.000 millones en bienes y servicios al año, pero que las inversiones transfronterizas representan sólo una diminuta fracción de esa cifra.
Probablemente sea prematuro describir estos episodios como una tendencia estructural, pero para EE.UU. y Europa sería insensato ignorarlos.
Los países emergentes de América Latina y Asia —por mucho tiempo considerados receptores pasivos, y agradecidos, de inversión extranjera— se están haciendo sentir en los mercados globales de capital. Ha llegado su hora de ser los compradores, les guste o no a los países desarrollados.
Una implicancia inmediata es que los inversionistas que buscan exposición a mercados emergentes deberían poner su dinero no sólo en gestores de activos de EE.UU. y Europa que compran en China y Brasil, sino también en fondos locales que invierten en el mundo en desarrollo.
A largo plazo, si las inversiones entre mercados emergentes perdura —y esos países crean una industria de inversión privada que complemente los fondos soberanos—, los mercados de capital de los países desarrollados podrían sufrir y el estatus del dólar como la moneda global predilecta podría verse amenazado.
Estamos a años, si no décadas, de que esa situación hipotética se vuelva realidad. Mientras tanto, poderosas fuerzas de inversión se están gestando en el mundo emergente. Como me dijo el propio Batista: "En EE.UU., tienen el sueño americano. En Brasil, estamos construyendo el sueño brasileño".

domingo, 6 de mayo de 2012

Un banco de EE.UU. ofrece un Mercedes por abrir un certificado de depósito

Los consumidores que buscan abrir una cuenta bancaria se han acostumbrado a recibir regalos y otros incentivos para hacerlo. Ahora, un banco estadounidense está ofreciendo un auto de US$60.000, si usted cuenta con US$1 millón.
Una nueva oferta de C1 Bank, un banco comunitario de Florida con activos por US$827 millones promete a sus nuevos clientes uno de cuatro Mercedes cero kilómetros si depositan US$1 millón en un certificado de depósito a cinco años. "Hemos recibido muchas preguntas", dice el presidente ejecutivo del banco, Trevor Burgess. "Aún nadie ha aceptado nuestra oferta, pero apenas llevamos dos días".
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No es tan inusual que los bancos ofrezcan costosos regalos a cambio de depósitos sustanciales. El año pasado Chase ofreció a sus clientes en Nueva York dos tiquetes de primera fila para un evento deportivo, un musical o un concierto si depositaban US$100.000 en su cuenta. El regalo tenía un valor de hasta US$1.000, el equivalente de una tasa de interés de 2%. "Usualmente, este tipo de promociones son para competir y obtener clientes y efectivo", dijo Dennis Moroney, un director de investigaciones de la firma de consultoría Tower Group. Agregó que el valor publicitario usualmente es mucho mayor que cualquier necesidad real de depósitos elevados. "La gente que tiene US$1 millón para guardar por cinco años… probablemente ya tienen un Mercedes o dos", dice.
No obstante, la oferta de C1 tiene una gran desventaja. No es un regalo en sí, sino una forma de pagar por adelantado los intereses de 1,2% que ofrece la cuenta, dice Burgess. Los consumidores reciben un auto por valor de US$61.294,04, que incluye impuestos entrega y registro, en vez de cinco años de interés (que sumarían US$60.000), según Business Insider. "Se trata de obtener gratificación instantánea", asegura Burgess. Aquellos que traten de retirar fondos antes de completar los cinco años se les restará el costo del auto.
Claro, si usted es de los que les gusta la gratificación diferida, de seguro podrá encontrar tasas más competitivas. Bankrate.com ofrece una lista de 18 instituciones financieras que ofrecen tasas más altas en un certificado de depósito con esa cantidad, con rendimientos anuales de hasta 1,8%. Cinco años es un período muy largo para estacionar su dinero y aunque la Fed ha dicho que las tasas probablemente se mantendrán bajas hasta al menos el final de 2014, seguramente subirán más de los niveles actuales. Al mismo tiempo, el valor del auto bajará. (Burgess dice que la tasa es competitiva y ofrece la ventaja de mantener el dinero en la comunidad para beneficiar a los negocios y residentes de esa zona).

sábado, 5 de mayo de 2012

Google almacena y sincroniza en la nube


Durante años, algunas personas que querían almacenar en servidores remotos en la nube enviaban sus archivos a sus cuentas de Gmail o al paquete de productividad en línea Google Docs, incluso si no tenían la intención de editarlos.
Ahora, Google entra formalmente al negocio del almacenamiento y la sincronización en la nube con un servicio llamado Google Drive. El nuevo producto funciona en múltiples sistemas operativos, navegadores y dispositivos móviles, incluso de competidores de Google como Apple y Microsoft. También incluye aplicaciones para Windows, Mac y aparatos móviles que automáticamente sincronizan archivos con el servicio en la nube.
He probado Google Drive y me gusta. En una Mac, una Lenovo, un iPad nuevo y la última tableta Samsung con sistema Android tuvo un desempeño bueno y rápido y la mayoría de sus funciones operaron como lo prometido. Google aseguró que pronto sacará una versión para el iPhone y el iPad.
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Google Drive, que se puede encontrar en drive.google.com, ofrece a los usuarios 5 gigabytes de almacenamiento gratuito, lo cual es suficiente para miles de documentos, fotos y canciones. Los precios para almacenamiento adicional son más competitivos que los de rivales como Dropbox y SugarSync. Por ejemplo, 100 gigabytes de Google Drive cuestan US$4,99 al mes, frente a US$14,99 de sus rivales.
Uno de los mayores competidores de Google, Microsoft, respondió con una expansión de las funciones y capacidad de su servicio de almacenamiento en nube SkyDrive. Este producto ofrece siete gigabytes gratis y 100 gigabytes por US$50 al año.
Google Drive es una especie de evolución de Google Docs. Anteriormente, un usuario podía cargar archivos a Google Docs a través del navegador de Internet. Para Google Drive, la empresa ofrece aplicaciones que lo hacen por usted. Estos programas crean carpetas especiales que se sincronizan con sus archivos en la nube y con la versión web del servicio. El usuario puede arrastrar un documento a dichas carpetas en su computadora y ese archivo será automáticamente cargado a su cuenta en la nube y aparecerá rápidamente en las versiones de Google Drive en la web, aparatos móviles y en las carpetas del servicio en otras computadoras que el cliente haya designado. Estas aplicaciones también sincronizan cualquier cambio que haga a los archivos, lo cual marca una gran diferencia frente a Dropbox.
Pero hay una desventaja. Si guardó sus documentos en el formato Microsoft Office, sólo podrá verlos. Para editarlos, tiene que convertirlos al formato de Google, o ajustar las preferencias para que el servicio convierta los archivos de Microsoft Office cuando los esté cargando (esto sólo funciona en la versión de Google Drive en la web).
Igualmente, Google Drive permite compartir archivos y carpetas y colaborar con otras personas a las que puede asignarles diferentes niveles de preferencias. También puede enviar los archivos como documentos adjuntos en correos electrónicos.
El servicio es muy bueno en la búsqueda de archivos y detecta palabras dentro de documentos PDF o escaneados. La compañía afirma que también puede localizar imágenes cuando se teclean palabras que las describen, como puente o montaña, aunque esas palabras no aparezcan en el archivo de dicha imagen. Sin embargo, en mis pruebas, sólo funcionó con imágenes de lugares famosos.
Cuando reproduje video, Google Drive hizo un buen trabajo. Convierte casi todos los formatos comunes de video a un formato que puede reproducir en su sitio web. Este proceso puede tomar algún tiempo. Y aunque Google Drive puede almacenar música, no puede reproducirla directamente desde su sitio web.
Puedo recomendar Google Drive a los consumidores que buscan almacenamiento en la nube con la ventaja de la edición integrada, a precios más bajos. Sin embargo, el SkyDrive de Microsoft merece la pena ser probado.